Las hidrolimpiadoras (también llamadas hidrolavadoras) son máquinas de agua a presión que se usan para la limpieza de superficies exteriores y objetos propensos a acumular suciedad.
Este tipo de máquinas son muy versátiles y nos ayudarán enormemente en las tareas de limpieza y mantenimiento. A esto debemos añadir la cantidad de accesorios y boquillas que podemos usar para adaptarnos a las diferentes superficies y tareas que queremos llevar a cabo con el objetivo de conseguir los mejores resultados dañando lo mínimo posible las superficies.
Sin embargo, precisamente debido a la presión y caudal del agua, debemos prestar atención tanto a los accesorios que usamos como a las superficies a las que nos enfrentamos y regular esta como más convenga a cada ocasión.
Es posible que se te vengan a la cabeza algunos usos y situaciones en los que usar una hidrolimpiadora, pero seguro que son más variados de lo que pensabas. A continuación te mostraremos algunos de ellos.
PRINCIPALES USOS DE LAS HIDROLAVADORAS
– Limpiar vallas de madera, muros y fachadas:
una hidrolimpiadora nos ayudará a devolverle a fachadas y vallas su apariencia original. Además, si le añadimos a la hidrolimpiadora un depósito de jabón, esta tarea resultará más sencilla y conseguiremos mejores resultados.
– Limpiar suelos y escaleras de entrada:
en muchas ocasiones, después del invierno, las escaleras y caminos exteriores de nuestra casa no están en las condiciones que nos gustaría. Unos buenos chorros de agua a presión nos ayudarán a eliminar toda la suciedad y musgo que deslucen la entrada.
– Limpiar el coche:
a la hora de limpiar superficies más delicadas como puede ser la carrocería de nuestro coche, una hidrolimpiadora puede facilitar enormemente nuestro trabajo. Debemos comprobar siempre el accesorio que usamos para este fin, ya que demasiada presión o caudal de agua podría dañar la pintura de nuestro vehículo.
– Desatascar tuberías:
si usamos la lanza de nuestra hidrolimpiadora para lanzar un chorro a presión, nos ayudará a expulsar la posible suciedad que pueda estar obstruyendo la tubería y desatascarla de este modo. No es recomendable realizar esta acción dentro de las viviendas en tuberías de cobre.
– Limpiar ventanas y persianas:
como parte exterior de nuestros hogares, las ventanas y persianas son susceptibles de acumular suciedad (polvo, tierra, etc.) con el paso del tiempo. A esto, debemos añadir la dificultad de limpiar algunas de ellas debido a la altura a la que se pueden encontrar. Usando el accesorio correcto de nuestra hidrolimpiadora conseguiremos eliminar la suciedad y limpiar ventanas y persianas de forma cómoda y en menos tiempo.
– Limpiar la piscina:
Puede que al inicio de la temporada estival tu piscina necesite una limpieza antes de llenarla de nuevo. Con ayuda de una hidrolimpiadora las tareas de limpieza y mantenimiento tanto de los bordes como del interior de la piscina te resultarán mucho más sencillas. Recuerda empezar con poca presión e ir aumentándola hasta encontrar la adecuada, así evitarás dañar los materiales. Además, puedes ayudarte de productos de limpieza rociándolos sobre la superficie para eliminar la suciedad más resistente.
– Eliminar restos de pintura o manchas de paredes y muros:
gracias a la presión a la que expulsan el agua, las hidrolimpiadoras son una de las mejores opciones para eliminar manchas o pintura. En este caso, además de necesitar el agua a presión necesitaremos un kit arenador. La mezcla de arena y agua es idónea para este fin, ya que se trata de elementos muy incrustados en la superficies que queremos limpiar.
DIFERENTES PRESIONES Y CAUDALES DE LAS HIDROLIMPIADORAS
Ten en cuenta que la limpieza de las diferentes superficies necesitará de una presión y un caudal determinados, tanto para no dañar la superficies más sensibles como para conseguir los resultados deseados en aquellas superficies más complicadas.
La presión, fuerza con la que el agua es expulsada de la máquina, deberá ser mayor si deseamos limpiar o retirar pintura de paredes o muros que si usamos nuestra hidrolavadora para lavar nuestro coche o cualquier otra superficie delicada, ya que podría dañarse la pintura o los materiales.
Asimismo, es importante considerar también los diferentes caudales de agua, es decir, la cantidad de agua que sale en un tiempo determinado (normalmente se mide en L/min). Cuanta más cantidad de agua expulse por minuto, más fácil resultará nuestro trabajo, ya que la capacidad que tendremos para arrastrar restos será mucho mayor.
Como referencia y en términos generales, para trabajos delicados como la limpieza de vehículos, motos, muebles de jardín o herramientas de jardín no deberían usarse hidrolimpiadoras con más de 150 bares de presión y un caudal de 6 a 8 L/min, ya que podríamos dañar la pintura y la superficie. Si por el contrario, necesitamos eliminar suciedad incrustada en muros, pavimentos rugosos muy sucios o incluso camiones, necesitaremos una presión mayor, de 160 a 250 bares dependiendo de la superficie y con un caudal de 9 L/min hasta 17 L/min para los trabajos más profesionales.
Preventivamente, en Anova recomendamos siempre usar un filtro de aspiración de agua para proteger la máquina y los diferentes accesorios de las arenillas e impurezas que pueden estar presentes en el agua, de este modo, estaremos cuidando la máquina y evitando posibles averías.
Como has podido comprobar, los usos de una hidrolimpiadora son muy variados y facilitan enormemente los trabajos de limpieza más cotidianos. No olvides nunca que estás trabajando con máquinas peligrosas y que debes equiparte con la protecciones necesarias, como pueden ser guantes y gafas.
